domingo, noviembre 26, 2017

¿QUÉ NOS ENSEÑAN LAS 44 VÍCTIMAS DEL SUBMARINO SAN JUAN?



La lamentable confirmación de la desaparición del submarino San Juan y de la implícita muerte de sus cuarenta y cuatro tripulantes está conmoviendo al país y generará una previsible catarata de comentarios, búsqueda de responsables y análisis del oscilante papel de las fuerzas armadas en la historia del país desde la independencia y pasando, entre otros hitos, por Rosas, Urquiza, Uriburu, Perón, el Proceso, las Malvinas, el Juicio a las Juntas y al asesinato del soldado Carrasco que llevó al final del servicio militar y a la reducción de las fuerzas armadas.
Lo que faltaría serían discusiones serias sobre cuál debería ser el papel de las fuerzas armadas en la Argentina del sigloXXI: defender nuestras fronteras? de qué enemigos? De los vecinos? Del imperialismo yanqui o del chino? De los ciberataques de Putin?
Esas discusiones no se pueden dar sin saber qué es la Argentina y cuál es su futuro deseable o previsible y en qué mundo se insertará. De esto se habla poco y superficialmente en nuestro país. No tenemos figuras destacadas que nos ofrezcan panoramas alternativos. De cómo solucionar la extendida pobreza, la deficiente educación de nuestros jóvenes, la falta de una política territorial que encare la macrocefalia porteña y los regímenes feudales de algunas provincias despobladas entre otros temas. Menos sabemos y hablamos de los problemas del mundo del siglo XXI. Tengo la sensación de que como país estamos cada vez más aislados de lo que pasa allá afuera. Una de las barreras que crece es la idiomática pese a la disponibilidad de internet y de traducciones. La pobreza intelectual de nuestras dirigencias es abrumadora.

Ojalá esta tragedia nos obligue a detenernos y pensar en serio qué nos enseña.

¿QUÉ OPINAS?

jueves, noviembre 09, 2017

EL IMPERIO DEL DOLOR


El accionar de las corporaciones farmacéuticas perjudicando el correcto desempeño de la medicina ha sido tratado varias veces en este blog.
Ahora quisiera comentar un extenso y documentado estudio de P.R. Keefe, publicado en The New Yorker el 30 de octubre (ver aquí), sobre la familia Sackler y de cómo amasaron una inmensa fortuna, unos 13000 millones de dólares, explotando el dolor.
Los Sacklers son famosos por su conocida filantropía en las artes y las ciencias. Lo que es menos conocido es como lograron generar su fortuna en las décadas recientes.
El negocio familiar esta centrado en una pequeña industria farmacéutica, Pardue Pharma, que en 1995 desarrolló y comenzó a explotar un potente analgésico el OxyContin. El OxyContin es oxicodona, relacionada con la heroína y dos veces más fuerte que la morfina. La droga, impulsada por una muy hábil campaña promocional que logró cambiar los hábitos de los médicos que eran renuentes a recetar opiáceos. Ya ha generado ingresos por 35 mil millones de dólares. Sin embargo los opiáceos son drogas peligrosas: 250.000 americanos fallecieron desde 1999 por sobredosis relacionadas con OxyContin. Se calcula que hoy mueren 145 diariamente por los opiáceos.
Artur Sackler, uno de los tres hermanos médicos que fundaron la dinastía, era además un consumado publicista. Reconoció que para vender un nuevo medicamento era necesario seducir no al paciente sino al Doctor que escribía la receta. Se destacó por introducir en la propaganda farmacéutica exitosas pero controvertidas técnicas que apuntaban justamente a convencer al médico que receta. Como ejemplo de una de ellas recurrió a falsos artículos científicos escritos por los técnicos de la empresa y distribuidos por sus visitadores médicos. Publicó un periódico bisemanal, el Medical Tribune,  que llegaba a 600.000 médicos.
Los adictos  saben que triturando la píldora y aspirando el polvo o disolviéndolo en agua e inyectándolo se logra un “high”. Perversamente la información está en el propio prospecto del OxyContin con el formato  de una advertencia mientras Pardue continua con su abrumadora campaña de propaganda presentando su producto como “casi” inofensivo. 
Algunos clínicos sobre-recetaban OxyContin con el silencio de Pardue pero uno de ellos, Paolino, fue sentenciado a 30 años de cárcel. Mientras,comenzaban a llover juicios contra la empresa. Pardue generó la Epidemia de Opiáceos. En 2010 modificó ligeramente la composición del OxyContin lo que dificultó su aspiración o inyección. Los adictos se volcaron a la heroína.
 Ahora tienen la Epidemia de Heroína. Las ventas de OxyContin cayeron un 40 %. La familia Sackler amplió el negocio logrando que la FDA autorice la droga para usarla en niños de 11 años y más. Por otra parte se abrió al mercado mundial a través de Mundipharma que se hizo cargo de su venta en Asia y América Latina.

Una rápida búsqueda en Argentina muestra que acá la vende Laboratorios Raffo y en su prospecto (ver aquí) SE PUEDE LEER:
       “  ADVERTENCIAS: • La oxicodona … puede ser motivo de mal uso, abuso o desviación, de manera similar a otros opioides legales o ilícitos, … • Los comprimidos de oxicodona de liberación controlada se deben tragar enteros y no deben romperse, masticarse o triturarse, pues esto ocasionaría una liberación rápida del principio activo y la absorción de una dosis potencialmente fatal de oxicodona.”

                       
The Sackler dynasty’s ruthless marketing of painkillers has generated billions of dollars—and millions of addicts.