¿Quiénes somos?
¿De dónde venimos?
Estas preguntas nos las hemos formulado los humanos desde
el comienzo de nuestro tiempo y han sido contestadas en diversas formas, por
filósofos y por las religiones.
H C Wells escribió al final de la primer guerra mundial
que necesitamos una historia de la humanidad porque sí la historia se sigue
escribiendo como los conflictos entre tribus antagónicas, las guerras
destructivas se van a seguir dando. Necesitamos una historia moderna de
nuestros orígenes basada en conocimientos científicos propuso David Christian
en 1989.
La ciencia nos
permite ahora ubicar nuestros orígenes dentro de la Historia del Universo. La Teoría
del Big Bang nos explica que el universo surgido hace 14.700 millones de años
se ha estado expandiendo y generando los átomos de los elementos que
constituyen la materia en una continúa fragua nuclear donde nacen millones de estrellas
y de galaxias. La astronomía documenta en forma creciente como fue la evolución
de nuestro universo. Incluso, y gracias al telescopio espacial Hubble, nos
muestra fotos increíbles de esa evolución.
En el tercer
planeta de una pequeña estrella de la Vía Láctea, hace 4.000 millones
de años surgió la Vida, primero en los océanos luego se expandió por la
superficie de la tierra y por el aire. La Vida fue adquiriendo complejidad y
diversidad a través de la Evolución, primero microorganismos, luego organismos multicelulares
hasta que hace sólo 200.000 años aparecieron los humanos, varias especies de Homo
de las cuales solo una, los Homo sapiens, prevaleció y se expandió por todo el
mundo. Es probable que este fenómeno del surgimiento de la Vida haya ocurrido
en otros lugares del universo pero no lo sabemos aún. Nuestra historia es parte
de la historia de la Vida, de su compleja y riquísima evolución. Es la Historia
Grande. Se sitúa en la interface de las ciencias y de las humanidades.
En los últimos tres o cuatro siglos el avance de la
ciencia se ha hecho a costa de una creciente especialización por la que los
científicos han tendido a concentrarse en sus nichos específicos y evitar
elaborar sobre las cuestiones fundamentales que nos interesan a todos: ¿qué
significa ser humanos? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es nuestro lugar
en el cosmos?
La Historia Grande es una historia global de nuestros
orígenes basada en cuantiosa y sólida información científica. Es poderosa y
coherente.
Christian
visualiza ocho etapas en esta historia. El Big Bang, la creación de las
estrellas, el surgimiento de todos los elementos de la materia, los planetas y
la Vida que sería la quinta etapa. Con la vida tenemos complejas entidades en
ambientes muy inestables. Esas entidades necesitan detectar los cambios en el
ambiente para adaptarse, necesitan información. Los seres vivos toman
decisiones en forma muy compleja, no mecánicamente. Por lo tanto no siempre es
la misma decisión. Así tenemos la selección natural. Con la aparición del
hombre la información comenzó a transmitirse de generación en generación por el
desarrollo lingüístico y a acumularse. El proceso se aceleró aún más con la
invención de la escritura. Muy recientemente el incremento exponencial de la
información y su difusión horizontal ha sido impulsado por internet. Así el
hombre es la primera especie en 4.000
millones de años en acumular información y trasmitirla por canales
culturales muy rápidos. Así controla también enormes flujos de energía y altera
los ciclos bioesféricos del carbono, del nitrógeno, de la biodiversidad
generando problemas a resolver en el futuro.
Yuval Noah Harari, Profesor Adjunto de historia en la
Universidad de Jerusalén, contribuyó a difundir el concepto de la Historia
Grande con su MOOC (massive on-line open course) “Brief History of Humankind”
dictado en el 2013 y 2014 a miles de estudiantes de todo el mundo. A ello sumó la
edición de un libro de fácil lectura traducido a varios idiomas y de gran
difusión (“De animales a dioses”, ed. Debate). Acabo de escuchar su reciente charla
TED (17 min) en Londres “What explains the rise of humans?” focalizada en
un aspecto de nosotros que es la capacidad de imaginar realidades ficticias y
transmitirlas. Esta capacidad permitió a la humanidad organizarse en ciudades,
reinos e imperios y desarrollar las religiones, las leyes, el comercio, incluyendo
la moneda, y todas las instituciones modernas. Es un concepto poderoso que no
es fácil de aprehender. Decir que el dólar, como toda moneda, es ficticio
cuando todo el mundo desea poseerlo es un ejemplo. Sin embargo es un producto
de la imaginación humana y de la aceptación universal de un valor que se le
asigna.
Así Harari explica cómo en 70.000 años pasamos de
ser una especie animal que se esforzaba en sobrevivir en las llanuras africanas
a ser la especie dominante que cubre y
ha transformado toda la superficie de la Tierra.
¿Qué
te parece?