MUSULMANES YÉNDOSE DE TONGI, CERCA DE DHAKA, SOBRE UN SOBRECARGADO TREN DESPUÉS DE LA ORACIÓN FINAL EN LA CONGREGACIÓN BISWA LITEMA
Esta extraordinaria foto me llevó a recordar, a buscar en
realidad, donde fue tomada. Dhaka es la capital de Bangladesh (el país de
Bengala) nuevo país que logró su independencia en 1971. Me acordé de los Reinos
de Bengala, del tigre de bengala, de las novelas e historietas de Sandokan, los
piratas bengalíes, del estrecho de Malaca y de Singa-Pur, la isla de los
tigres, ahora la próspera Singapur. La
población de Bangladesh es de unos 170 millones de habitantes, el 87 % musulmanes,
que son los que se amontonan, se apiñan en esa foto en una festividad
religiosa. ¿por qué tantos musulmanes? Porque el Islam llegó a esas tierras muy
temprano, en el siglo X y se expandió desde entonces. Son musulmanes bengalíes, sunnitas con prácticas
y ritos independientes del Islam ortodoxo.
Los fieles del Islam son unos 2000 millones , cifra
similar a la de los cristianos la mitad de los cuales serían católicos. Ambos
grupos de religiones son proselitistas y aceptan la biblia y los evangelios en
distinto grado y ediciones. El Islam se basa en el Corán y se expandería más
rápidamente.
Acá en Argentina, hace poco se cumplió el 179º aniversario de la muerte del
Gauchito Gil, degollado colgado de un árbol, en Mercedes, Corrientes. Antonio Mamerto
Gil habría estado acusado de desertor y
ladrón. Antes de morir, le habría anticipado a su verdugo que tenía su hijo
enfermo que sólo se curaría por su intercesión. Así habría ocurrido lo que
inició un culto y una devoción que se
extendió por Corrientes y luego por todo el país. Este año se calcula que
200.000 personas peregrinaron a Mercedes para rendirle culto. Conozco a una
señora que junto con sus tres hermanas, una de ellas con un cáncer con metástasis, fueron a
cumplir con una promesa hecha al Gauchito. Tuvieron que hacer una larga cola
para ingresar al santuario. que es el árbol donde murió, rodeado de una reja.
Allí los devotos le dejan sus pedidos y ofrendas, vino y otras bebidas y
cigarrillos encendidos.
Es sorprendente cómo se ha difundido este culto popular y espontáneo sin ninguna estructura,
sin predicadores ni literatura. Sólo por el boca en boca. No es el único: tenemos San La Muerte, la Difunta Correa muy popular entre los camioneros, y otros en desarrollo mientras que la Madre María y Pancho Sierra, populares hace un siglo son menos citados.
EL GAUCHITO GIL