La Segunda Guerra
Mundial terminó con el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki por Estados Unidos
iniciando con estos hechos una terrible competencia con la Unión Soviética que
también estaba desarrollando bombas atómicas y nucleares. En una tremenda
escalada ambas potencias llegaron a acumular 20.000 artefactos nucleares cada
una. Esa escalada alcanzó un clímax en 1962 durante la Crisis de los Misiles de
Cuba en el que la humanidad estuvo al borde de su autodestrucción. Primó la
cordura en los gobiernos de Kennedy y de Kruschev.
Previamente,
durante la guerra de Corea, El General Douglas MacArthur, Comandante de las
tropas aliadas planeó un bombardeo con armas atómicas en la frontera de Corea con
China a fin de bloquear el flujo de armas y soldados que reforzaban a los
coreanos e impedían terminar la guerra. Por suerte fue destituido a tiempo por
Harry Truman.
Esta semana James
Clapper, Director de la Inteligencia Nacional americana por siete años durante
el gobierno de Barack Obama, cuestionó severamente al Presidente Donald Trump por
considerarlo inhabilitado para ocupar ese cargo. Señaló que el Presidente tiene
siempre en su poder, o en el de un militar que lo acompaña, el código que le
permite acceder al botón rojo que controla el lanzamiento de misiles nucleares.
Nadie en la cadena militar del comando de los Estados Unidos tiene el poder de
bloquear sus órdenes.Todo el sistema está diseñado para asegurar una rápida
respuesta, si es necesario. Clapper afirmó que si el Presidente Trump da la
orden usando sus código nucleares, la misma se transmitiría y ejecutaría en
pocos minutos. No habría forma de revertir esa orden y los misiles serían
lanzados desde los silos y los submarinos.
Habría un solo antecedente de 1969 en el que
el Presidente Richard Nixon, en ese momento perturbado porque Corea del Norte
había derribado el avión espía americano U2, ordenó un ataque nuclear táctico
contra Norcorea estando completamente borracho. Afortunadamente Henry Kissinger
que estaba presente pudo convencer telefónicamente al Pentágono que demoraran
la orden hasta el día siguiente con la esperanza de que se le pasará los
efectos de la borrachera.
Para
prevenir un desastre un representante demócrata acaba de presentar en el Congreso
norteamericano un proyecto que limitaría el uso de armas nucleares requiriendo
una previa declaración de guerra que sólo puede dar el propio Congreso. Será muy
difícil que el proyecto sea aprobado...
¿Estamos en
peligro?
¿Qué te
parece?