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jueves, febrero 10, 2011

¡SON LOS MAESTROS, ESTÚPIDO!

Remedo la famosa frase de Bill Clinton para señalar cuál es la clave para recuperar nuestra educación de la profunda crisis en que se encuentra. Esta crisis documentada en el estudio PISA, comentado anteriormente, que nos ubica en la posición 58 entre 65 países.
El deterioro de nuestra educación primaria, secundaria y universitaria ha sido descrito por numerosos referentes de nuestra sociedad. Entre ellos  Oppenheimer  (en su reciente libro  “Basta de Historias”), Guareschi,  Jaim Etcheverry, Bernardo Kliksberg y muchos otros.
Hay coincidencia en el diagnóstico pero ¿cómo rectificar el rumbo?
Hay discrepancias ideológicas y conceptuales acerca de lo que es la educación, de sus contenidos, de la pedagogía más conveniente
La palanca para recuperar el prestigio y efectividad de nuestra educación está en los maestros y profesores. En ellos hay que focalizar una reformulación del sistema educativo. Hay que recrear al maestro, al profesor devolviéndoles el prestigio y respeto que se merecen. Exigiendo que solo las mejores mujeres y hombres puedan acceder a la docencia. Devolviéndoles la autoridad para que puedan cumplir con su sagrada misión. Dándoles el reconocimiento que se merecen. Proveyéndoles de los medios necesarios para su labor: infraestructura, recursos y salarios dignos. Es lo que han hecho países como Finlandia, Singapur, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Canadá, que lideran en las pruebas Pisa. Han jerarquizado al máximo la carrera docente y han atraído a la misma a los mejores universitarios.
Estados Unidos, que está en un mediocre 31 puesto en el PISA comprendió esto y actúa en consecuencia (ver aquí). Tienen un programa de 4.3 billones de dólares para estimular a los estados a mejorar la formación y evaluación de sus maestros. La mayoría de ellos fueron estudiantes mediocres mientras que Singapur, segundo en PISA, solo acepta el 30% mejor calificado. Los maestros serán evaluados, en parte, por el progreso de sus alumnos y mejorarán su sueldo. En algunos estados con dos evaluaciones negativas pierden el trabajo. El programa tiene mucha resistencia gremial.
¿Y acá? Habría que hacerlo.
No será tarea fácil de un día ni resuelto por un decreto. Llevará años de trabajo constante. Pero se puede y debe hacer.


¿Qué opinas?