Errar es humano. Lo lamentable es no aprender de los errores cometidos.
La Argentina vive una crisis inédita que nos afecta a todos y nos abruma con sus manifestaciones mediáticas y nos golpea con la inflación, la inseguridad, el caos creciente por la dificultad o imposibilidad de circular libremente (¡derecho constitucional!) y desabastecimientos de energía, alimentos, etc. Paradójicamente venimos de un período de crecimiento rápido recuperándonos de la debacle del 2001.
¿Qué errores hemos cometido que nos llevaron a la situación actual?
Tenemos un gobierno nacional inoperante, casi inexistente. El Congreso Nacional no funciona: la mayoría oficialista no acepta debatir y legislar sobre lo que es de su competencia. Se auto limita a complacer al Poder Ejecutivo y a transferirle el poder, que constitucionalmente le corresponde.
La Justicia está muy limitada por carecer de recursos mínimos adecuados (su presupuesto es similar al de la suma de los inoperantes organismos de control de los servicios públicos) y de la independencia prevista por la Constitución Nacional, sometida a inaceptables presiones del PE a través del Consejo de la Magistratura y de la falta de designaciones para cubrir las vacantes con jueces idóneos.
El Poder Ejecutivo tampoco funciona adecuadamente. Los Ministros y Secretarios de Estado, en su mayoría no existen, son invisibles para la sociedad salvo 2 ó 3 que más que Ministros son voceros de un discurso vacío y polémico que responden a órdenes con frecuencia incongruentes. La Presidenta no ejerce el poder constitucional de su cargo pues se lo ha transferido a su marido, el expresidente, quien lo ejerce, en las sombras, al vaivén de su inestable, agresivo y colérico temperamento.
¿Cómo llegamos a esta situación?
¿Qué debemos o podemos hacer para rectificarla?
Preguntas simples pero de complejas respuestas que exceden esta nota. La primera involucra conocer y entender nuestra historia en profundidad.
La segunda nos involucra como ciudadanos y en última instancia como responsables pues no hemos sabido usar ni defender nuestros derechos, se ha votado una candidata a Presidente impuesta por su esposo sin haber escuchado cuál era su plan de gobierno y hemos tolerado que nos mientieran y nos robaran descaradamente.
Todavía estamos a tiempo de rescatar la República, de revertir la situación.
¿Cómo?
Involucrándonos cada uno desde el lugar donde estamos. Participando y haciendo oír nuestra voz tan fuerte como sea posible.
¿Qué opinas?
1 comentario:
Cierto uno siempre debe acompañar al
reconocimiento de los errores propios un propósito de enmienda. El
gran tema es ver si los podemos corregir.
Los errores no los hemos cometido nosotros o
quizás podría decir que los errores que comete la sociedad no fueron
gobernados y orientados hacia un bien común.
Estoy de acuerdo con la crisis, no estoy de
acuerdo con lo de inoperante.
Opera pero negativamente para la sociedad y en
beneficio propio, y en menor medida para sus acólitos (secuaces, por
si no fui suficientemente claro).
Es cierto que el Congreso no funciona ni para
legislar lo que debería ni para controlar cuando es su obligación.
Es cierto que la justicia está limitada pero
creo que sin ser demasiado obsecuente, no se calienta demasiado para
poner el ojo donde puede ponerlo. (cuidan el puestito).
Don Néstor hace lo que se le canta.
A la pregunta de ¿ Que hacemos? Si nos ponemos
a hurgar nuestra historia llegamos tarde. Hay un hecho concreto de hoy
y aquí.
Las arbitrariedades de los políticos de los
últimos años han logrado distorsionar el sistema democrático y
presentarlo como si lo fuera. La sociedad acepta esta circunstancia
como si fuera objetiva, democrática y beneficiosa para cada uno
importándole un bledo el otro, y así llegamos a un mecanismo
distorsionado que les permite el beneficio de unos pocos con un
sistema político de guadaña que corta las cabezas de aquellos que no
están de acuerdo.
Esto es lo que hay.
Para hacerles frente hay que tener mucho poder.
A medida que el daño que se produce desde el gobierno va impregnando
mayor cantidad de habitantes individuales van acrecentando la gente
descontenta con ellos y se está danto la paradoja que los productores
agropecuarios que tienen que hacer un aporte solidario a la comunidad
de la magnitud de las retenciones o mas, hoy recogen la adhesión de
todos los descontentos porque hasta ahora fueron los únicos que
enfrentaron al poder político del gobierno y los están superando.
Después hay que lograr que levanten las
banderas de la comunidad, no la del beneficio de sus empresas y que
tengan buenas intenciones y lograran hacer un frente que nos permitirá
tener una esperanza. Remotísima. Pero hoy otro camino no se ve. Por la
vía política los caminos están minados para los que no se acomodan al
sistema y mueren en los primeros pasos.
El trabajo subterráneo desde el lugar donde
estamos no alcanza para cambiarlo en el tiempo en que nosotros lo
podamos ver.
Antonio
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