La inmolación a lo bonzo de
Mohamed Buazizi en
Sidi Bouziz, Túnez, el
17/12/2010 , el joven tunecino de 22 años que no pudo soportar la humillación
del secuestro de su carrito de verdulero y el ser abofeteado por una mujer policía
en público, tuvo consecuencias fulminantes en el mundo. La difusión inmediata
por las cámaras de los celulares de los transeúntes generó una revuelta popular
contra la dictadura de Ben Alí. La agonía de Buazizi se extendió hasta el 4
de enero. Diez días más tarde Ben Alí huía de Túnez tras 27 años en el poder.
La
“primavera árabe” iniciada por Buazizi
se expandió con fuerza por el mundo árabe. Las vecinas Libia y Egipto
fueron rápidamente contagiadas. Multitudinarias asambleas en la plaza Tahir de
El Cairo exigieron la renuncia del presidente Hosni Mubarak el 25 de enero. Dos
semanas después, el 11 de febrero del 2011 Mubarak renunció al poder que había retenido por casi 30 años.
En Libia el dictador Kaddafi resistió a sangre y fuego, con miles de muertos, hasta
terminar asesinado hace muy poco. En Siria Bachar al-Assad ha resistido
asesinando a miles de civiles y el destino de su dictadura es incierta.
Las masivas
manifestaciones de los “indignados” españoles en la Puerta del Sol en Madrid el
15 de Mayo sorprendieron al mundo. Protestaban pacíficamente por la crisis
económica y sus consecuencias. El movimiento se extendió como un reguero de
pólvora por otras ciudades españolas y de Europa con enfrentamientos con la
policía, vandalismos y víctimas en Gran Bretaña e Italia. Llegó incluso hasta
Israel y se extendió al resto del mundo.
El 1º de
octubre los ignorados y silenciados “Ocupas de Wall Street”(ver OWS) que llevaban
dos semanas de pacíficas protestas cortaron el puente de Brooklyn, tuvieron 700
detenidos y el movimiento de indignados/ocupas yanquis se extendió por todo el
país, Washington, Chicago (ver aquí), y las principales ciudades (ver aquí)
¿Qué tienen
en común estos sucesos que han ocurrido en menos de un año? ¿Qué consecuencias
duraderas podrán causar? Para comenzar la “primavera árabe” ya han derribado a
tres gobiernos enquistados en el poder y hay otros en la cuerda floja (Siria,
Yemen, Bahrein) El 15-M y los ocupas yanquis, movimientos más recientes y pacíficos,
no pretenden derribar sus gobiernos…tal vez solo cambiar la economía y el
sistema financiero…(¡?) lo cual puede
ser más difícil que voltear tiranos…pero ésto recién empieza y me parece que va
a tener consecuencias.
¿Qué
opinas?
12 comentarios:
Todo lo que se describe tiene como comun denominador el factor acumulaciòn de poder tanto politico como economico.
El feudalismo ha reaparecido con la globalizacion. Los Señores pueden ser tanto los derrocados con sangre en el mundo arabe, como tambièn los que acumularon riquezas inimaginables de diversas maneras.
El hambre y la pobreza coexisten con inmensas fortunas desdiciendo la utopica esperanza de que con el desarrollo en todos los àmbitos logrados por la ciencia, la tecnologia, etc, la calidad de
vida mejorarìa para todos los habitantes de esta tierra. Pero la realidad demuestra que està muy lejos de ser asì. Es lamentable que la ambiciòn y el poder sigan entronizados tal como siempre, en el mundo de hoy.
¡Bien Raquel!!
Alguien me acaba de comentar que le parecía que eran algo diferentes (el movimiento árabe y el de Ec y USA)
pero vos señalas la raíz común: la intolerable desigualdad económica!¡Gracias!
Rubén
Ayer escuché una conferencia sobre los alertas que nuestros Pontífices han venido haciendo contra la globalización y la acumulación de riquezas, la verdadera usura de la banca internacional y el enriquecimiento a traves de operaciones FINANCIERAS ,con "dinero", que no responde a producciòn y trabajo. Creo que la gente ha comenzado a darse cuenta en todo el mundo. En España ( mas parecidos a nosotros) la mayoría pretende que el gobierno solucione el problema, en Inglaterra la indignaciòn es contra los bancos.
Hoy se ha publicado un nuevo documento de la Iglesia al respecto. A lo mejor la Primavera del mundo empieza a indicar que no es el poder del dinero lo que debe mover al mundo, sino el trabajo, la solidaridad social, y la conciencia de una trascendencia
Creo que además del objeto común (acumulación de poder) pareciera comenzar a vislumbrarse un sujeto común, que es el hombre tomando conciencia plena de ese objeto y actuando en consecuencia. Considero que ambos elementos son esenciales si pretendemos cambiar el mundo, o por lo menos mejorarlo. No podemos actuar contra la injusticia si no somos concientes de que existe, la padecemos, de que las cosas no deben ser así, y de que tenemos derecho, libertad (y quizá el deber moral) para cambiarlas. Luego viene la acción concreta, que por ahí pienso es lo que más cuesta (es fácil teorizar sentado en un sillón con mi laptop en la falda) ya que implica sacrificio, renuncias, valentía y la fuerte convicción de actuar no sólo en favor de nuestros -legítimos- derechos sino además, en favor -mediante acción colectiva- de los derechos del otro, del bien común.
Existen otros indicios que permitirían entrever un futuro esperanzador, como el creciente número de gobiernos en América Latina más cercanos al pueblo que a los intereses económicos, al menos a priori y según la opinión de quien suscribe. Más allá de que algunso estén a favor o en contra de estos hechos, es innegable que un cambio está ocurriendo.
Y volviendo a la discusión inicial, pienso que este cambio es esperanzador. Lo que no apruebo es la violencia, creo más en las revoluciones pacifistas como la de Gandhi, aunque a veces los hechos parecen mostrar que con eso no alcanzaría. Yo quiero creer que sí; que sólo es cuestión de encontrar el modo.
Si bien existe una crisis económica global, en mi opinión, el movimiento árabe es algo diferente al de Europa y USA. Los árabes vivieron por años oprimidos por regímenes políticos totalitarios, en condiciones muy primitivas y se revelaron contra el autoritarismo adoptando como protesta, medidas extremas... inmolarse, originar una masacre... logrando, como está mencionado en el blog, los resultados esperados... Ahora, les resta la difícil tarea de organizar un Estado democrático (?)...
Las condiciones de vida en Europa y Estados Unidos son muy diferentes.... En estos casos, el pueblo se puede expresar y agobiado por el acelerado deterioro de las condiciones económicas y sociales, se opone al sistema financiero imperante, transformándose en ocupas pacíficos en Wall Street o reuniéndose "indignados" en la Puerta del Sol. Es probable que estas protestas multitudinarias, también permitan lograr cambios importantes pero... mediante procedimientos muy diferentes.....
Querido Ruben,.
tu análisis es esencialmente correcto pero incompleto. Incompleto en el sentido que una visión realista del los centro de poder mundial no permite avisorar una "salida" para la sociedad universalmente considerada (o globalizada si queres). En ese sentido la reciente propuesta del Vaticano es coherente (comenzar por tener un Banco Mundial integrado por TODOS) pero al mismo tiempo, y por las razones de antes, a mi entender totalmente utópica.
Sí Anónimo, es incompleto por la magnitud del tema pero soy optimista de que gestos aislados pueden provocar cambios enormes e inesperados. Buazizi al inmolarse no supo (ni era su intención) que con su gesto voltearía al corrupto gobierno de Túnez en pocos días...Por otro lado nadie previó la caída del Muro ni la disolución de la URSS...
Creo que en este problema están incidiendo dos factores muy gravitantes: la degradación de valores éticos en los más altos niveles políticos y del gobierno, y el poder que el pueblo está descubriendo en la omnipresencia de las redes sociales y la Internet.
Nunca ni las sociedades ni sus dirigentes han sido totalmente virtuosos ni probos, pero tampoco nunca antes se habían alcanzado los niveles de corrupción y de desprecio por el otro (es decir, por el pueblo, por el ciudadano), que hoy campean en muchos países.
Y por el otro lado, la interconectabilidad que hoy existe, no sólo informa a sociedades postergadas y ya no tan aisladas como antes, de formas de vida que hay en otros lugares y a ellos les están vedadas, y por lo tanto despierta envidias y apetencias, sino que además les da la posibilidad de unirse, de compartir su frustración y exteriorizarla, y finalmente de generar movimientos de reacción que individualmente hubieran sido ridículamente aplastados de entrada.
Y también creo que el no haber comprendido la fuerza de esa mancomunidad de deseos y aspiraciones en tanta gente que se encolumna a través de su bronca, y que las redes hoy permiten armar a velocidades pasmosas, es lo que ha llevado a muchos de los gobernantes “eternos” que hay caído en estos días a pretender seguir en su mandato.
No estoy seguro de que esta reacción se deba a que la sociedad haya descubierto su empatía, como dice Rifkin. La misma realidad que veo cada día me hace un poco escéptico, porque en el fondo esa reacción es producto de miles (millones?) de apetencias personales, más que de un deseo de lograr el bien común. Espero que esto no parezca demasiado cínico.
Lo difícil es hacer predicciones acerca del rumbo que la humanidad habrá de tomar. Por ahora lo único cierto es que estamos en un punto de inflexión, tal vez el más notorio que esa humanidad –la nuestra- haya experimentado. Y sobre todo en el tiempo más breve, ya que siempre los cambios, aún los más profundos, habían demandado mucho más tiempo. Hoy todo es vertiginoso.
Miguel
Creo que en este problema están incidiendo dos factores muy gravitantes: la degradación de valores éticos en los más altos niveles políticos y del gobierno, y el poder que el pueblo está descubriendo en la omnipresencia de las redes sociales y la Internet.
Nunca ni las sociedades ni sus dirigentes han sido totalmente virtuosos ni probos, pero tampoco nunca antes se habían alcanzado los niveles de corrupción y de desprecio por el otro (es decir, por el pueblo, por el ciudadano), que hoy campean en muchos países.
Y por el otro lado, la interconectabilidad que hoy existe, no sólo informa a sociedades postergadas y ya no tan aisladas como antes, de formas de vida que hay en otros lugares y a ellos les están vedadas, y por lo tanto despierta envidias y apetencias, sino que además les da la posibilidad de unirse, de compartir su frustración y exteriorizarla, y finalmente de generar movimientos de reacción que individualmente hubieran sido ridículamente aplastados de entrada.
Y también creo que el no haber comprendido la fuerza de esa mancomunidad de deseos y aspiraciones en tanta gente que se encolumna a través de su bronca, y que las redes hoy permiten armar a velocidades pasmosas, es lo que ha llevado a muchos de los gobernantes “eternos” que hay caído en estos días a pretender seguir en su mandato.
No estoy seguro de que esta reacción se deba a que la sociedad haya descubierto su empatía, como dice Rifkin. La misma realidad que veo cada día me hace un poco escéptico, porque en el fondo esa reacción es producto de miles (millones?) de apetencias personales, más que de un deseo de lograr el bien común. Espero que esto no parezca demasiado cínico.
Lo difícil es hacer predicciones acerca del rumbo que la humanidad habrá de tomar. Por ahora lo único cierto es que estamos en un punto de inflexión, tal vez el más notorio que esa humanidad –la nuestra- haya experimentado. Y sobre todo en el tiempo más breve, ya que siempre los cambios, aún los más profundos, habían demandado mucho más tiempo. Hoy todo es vertiginoso.
Muy interesantes los comentarios recibidos que aportan respuestas, a veces complementarias, a las preguntas planteadas.
Estos sucesos tienen en común, aparte de la obvia simultaneidad, la crisis económica con un marcado incremento en la acumulación de riquezas en unos pocos, mayor injusticia en la distribución y acceso a los bienes y el creciente papel de las redes e Internet como lo plantean Raquel y Carlos.
¿Consecuencias? Varios las esperamos (Carlos “estamos en un punto de inflexión”, Miguel: “emergencia de un nuevo orden…aún indiscernible”)
Las asambleas populares de los Ocupas de Wall Street, Chicago, etc, más organizadas que las nuestras del 2001-2002 difícilmente puedan coincidir en propuestas concretas por el mecanismo que siguen de decidir por consenso y el rechazo a aceptar liderazgos.
Tal vez cuajen nuevas propuestas de cambio y surjan los liderazgos indispensables para llevarlas a cabo.
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