martes, julio 09, 2013

INSEGURIDAD Y NARCOTRÁFICO

El incremento de la inseguridad en los diez últimos años está claramente vinculado con el incremento del narcotráfico. No hay cifras confiables ni estadísticas en estos temas como pasa con el Indec. En Argentina despreciamos  las estadísticas y las que hay se falsifican con el auspicio de la más altas autoridades del país y la indiferencia de todos. Sin embargo no hay dudas de que el narcotráfico ha crecido drásticamente en los últimos veinte años mientras que se mantiene relativamente estable en el resto del mundo. Información de fuentes confiables como las Naciones Unidas (ver aquí)   indican un desplazamiento de la producción de cocaína de Colombia hacia Perú y Bolivia, países más cercanos a la Argentina y un aumento de la demanda en Europa canalizada a través del Cono Sur. Hay motivos para suponer que en nuestro país ha aumentado la purificación y la “exportación” de este narcótico hacia Europa y otros países. Lamentablemente también el consumo, entre otros también del paco, la tóxica basura que queda como residuo de la purificación de la cocaína y que es letal para nuestros chicos.  El único dato concreto que se menciona es el aumento de los secuestros de drogas provenientes de la Argentina. Seríamos el tercer “exportador” mundial de cocaína.
El problema nuestro, de la Argentina, es que acá NO HAY LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO. En los últimos 20 años el consumo, purificación y “exportación” de cocaína y otras drogas ha crecido sostenidamente. En los últimos diez años se ha triplicado. El problema es que el narcotráfico ha penetrado las estructuras del estado en todos sus niveles. Nuestras fronteras son totalmente permeables. La gendarmería y la prefectura se desviaron a tareas policiales. Incontables anuncios de radarización que no se concretan. Grandes facilidades para el lavado de narcodólares, hasta un flamante blanqueo en plena vigencia, pasividad o complicidad de autoridades, policías y jueces están atrayendo a bandas narcos de México, Colombia y Perú que se instalan en nuestro territorio, adquieren propiedades, y traen a sus propios guardaespaldas y sicarios que se suman a las bandas locales. La competencia entre ellas es responsable del incremento de los asesinatos que incluyen víctimas inocentes. Innumerables y de público conocimiento son las denuncias y escritos que vinculan a Menem, Duhalde y Kirchner y sus entornos, con la droga en los últimos 20 años.
El impacto del consumo de drogas ilícitas en la productividad en la Argentina puede estar entre 0,3 y 0,9% del PBI (2.100-6.300 millones) Los costos derivados de la delincuencia relacionada con las drogas también son considerables. En Inglaterra, por ejemplo, representaban 1,6 del PBI.
Sin embargo a la gente lo que más les preocupa es la inseguridad incrementada por el narcotráfico. En base a la información contenida en el documento de las Naciones Unidas se puede extrapolar que en Argentina habría unos dos millones de consumidores de drogas de los cuales 50.000 se encontrarían en Rosario. El 10% de  ellos serían drogadictos muy dependientes y  afectados por secuelas. Con frecuencia llegan al delito para conseguir la droga. Arrebato, robos e incluso asesinatos sin contar las víctimas inocentes de los enfrentamientos entre narcos.
Un informe muy reciente de la OEA (ver aquí) cuestiona la idea de que la guerra contra la droga es exitosa, ciertamente en la Argentina no lo es, y lleva a replantear el tema y a un profundo debate sobre una serie de alternativas y dilemas. El documento asevera:

"El problema de las drogas ilegales impulsa el crimen, 

la violencia, la corrupción y la impunidad”

En la Argentina avanza la “Triple P” (pandilleros, 

policías y políticos) sin que reaccionemos y muchos 

no lo adviertan.

¿Qué se puede hacer?

En mayo el ministerio de Seguridad organizó la Conferencia abierta de Franz Vanderschueren: "Gobiernos locales y seguridad ciudadana".El disertante, experto en  seguridad internacional,( ver aquí) propone que es posible disminuir la inseguridad a nivel local (municipal) si se cuenta con un claro liderazgo político local, con el apoyo del gobierno central y una fuerte capacidad de coordinación, además de sistemas eficaces de evaluación de los resultados.
Sí, no es fácil pero es posible. El 25 de junio hubo una marcha multipartidaria en Rosario, Todos contra la Droga, a la que fueron autoridades municipales y provinciales, concejales y diputados. Tal vez algunos fueron para la foto pero fue auspicioso y podría ser el comienzo de un consenso para coordinar esfuerzos en la lucha contra la droga y la inseguridad.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno e interesante