Las Ciencias Médicas han hecho considerables avances en
el último siglo en el control de las enfermedades infecciosas, avances en
nutrición, disminución de la mortalidad infantil y aumento de la expectativa de
vida. Sin embargo hay una crisis compleja que afecta a la medicina. Ya hemos
comentado el creciente efecto negativo de los intereses crematísticos de las
corporaciones farmacéuticas y otras no solamente en la práctica médica sino
inclusive en los más altos niveles académicos y regulatorios (ver notas del
30/05/12, 03/09/12 y otras anteriores en este blog) En el nivel regulatorio se
agregó recientemente una fuerte crítica de editores del NEJM (ver aquí) al
sistema de evaluación y control de los medicamentos (FDA) que consideran
quebrado.
La Medicina con frecuencia se focaliza en la enfermedad
y descuida la prevención, ignora la Medicina Alternativa y la sabiduría oriental.
La cirugía ha hecho progresos notables en trasplantes y reconstrucciones pero
con frecuencia se usa abusivamente en cirugía plástica, cesáreas y otras
situaciones. Por ejemplo, reumatólogos y
traumatólogos ante artrosis de cadera o rodillas suelen recurrir a calmantes y
antiinflamatorios hasta que se requiera dolorosas cirugías de reemplazo sin aconsejar
enfáticamente reducción de peso y combatir el sedentarismo. Suelen ignorar que
el Tai Chi Chuan o el Qi Gong pueden prevenir o aliviar permanentemente esos
males.
Por otro lado hay innovadores como el Dr. Rishi Manchanda y Paul Farmer. Manchanda cuenta de
tres amigos que paseando cerca de un tormentoso río ven unos chicos arrastrados
por las aguas hacia una catarata próxima. Rápidamente, se arrojan para
rescatarlos. Ya en la orilla ven horrorizados que la corriente trae más niños y
vuelven a su heroica misión. La escena se repite hasta que uno de ellos se
dirige resueltamente corriente arriba. Increpado por sus exhaustos amigos les
declara que va “a averiguar quién está arrojando los chicos al río”.
Lo que propone el Doctor Manchada en su libro “The
Upstream Doctors”(ver aquí) es ir “aguas arriba” a buscar “las causas de las
causas” de las enfermedades que con frecuencia son sociales y ambientales.
Sugiere que los sistemas de salud dependen del apoyo que obtengan una nueva
generación de proveedores que miren aguas arriba a la fuente de nuestros
problemas en lugar de optar por un rápido alivio sintomático. A propósito de causas ambientales habría que considerar que la tecnología ha introducido, en décadas recientes, más de 20.000 sustancias orgánicas sintéticas (colorantes, plásticos, edulcorantes, cosméticos, conservantes, plaguicidas, medicamentos, etc.) que ingerimos, respiramos o con los que estamos en contacto sin que sus potenciales efectos nocivos a largo plazo hayan sido adecuadamente estudiados.
El Doctor Paul Farmer es el médico y antropólogo y
cofundador de PIH (Partners in Health, Socios en la Salud, ver aquí) que se
destacó organizando la atención médica
en Haití después del terremoto y ayudando a los más pobres a obtener
tratamiento para la tuberculosis y el sida. El apoya la propuesta del Dr
Manchanda con el prestigio y experiencia de su labor médica en Los Angeles,
Boston,Haiti y Africa( ver aquí)
¿QUÉ OPINAS?
2 comentarios:
Estimado Rubén
Leí en tu blog “Crisis de la Medicina” en la cual adjetivas intereses “crematísticos” lo cual ya fue mencionado por Aristóteles: la acumulación de dinero por dinero es una actividad contra natura que deshumaniza a aquellos que a ella se libran. Lo muestra en numerosos textos, incluido La Ética a Nicómaco
Karl Marx retoma el concepto en su famosa obra El Capital, destacando las consecuencias sobre lo que él da en llamar auris sacra fames (maldita sed del oro), una referencia latina a la pasión del dinero por el dinero mismo.
Yo pienso de esto son culpables todos los que están involucrados en la ciencias médicas, desde las mas básicas hasta llegar al paciente. (este último está exceptuado).
Todos estaríamos de acuerdo en que la investigación es la única manera de avanzar en el conocimiento, pero el problema es cual es correcta y cual no.
Es conocido desde hace mucho tiempo que en todas las etapas de la investigación un de los puntos fundamental es reiterar los experimentos para evitar los falsos positivos y falsos negativos. Este hecho cuando la investigación está en manos de las Corporaciones, escasamente se cumple.
Otro punto es cuando el investigador miente y resulta difícil reconocerlo. Hay muchos casos y no voy a abundar en los ejemplos.
Como se podría mejorar o solucionar esto realmente no lo se. Creo que una colaboración sería la siguiente:
• El conocimiento debe ser universal y gratuito (con lo cual deberían desaparecer las Editoriales).
• Publicaciones en Internet en las cuales se permitan comentarios fundamentados de lo publicado, tal como hacen todos los periódicos, pero con un moderador de las forma y fundamentos,(no censor) lo que obligaría al autor principal a responder lo que se le puede criticar.
Yo he enviado varias cartas a revistas médicas de primer nivel, con esta sugerencia pero nadie me contestó. Últimamente el New England of Medicine, permite comentarios en algunos de sus artículos, puede ser un comienzo….
Abrazo
Carlos Delfino
Interesante comentario, CARLOS, que da para elaborar.
No se si te entendí bien pero me parece que exageras al considerar a todos los médicos culpables.
Tu propuesta:la difusión del conocimiento
(investigaciones)debería ser gratuita pero en nuestra sociedad capitalista alguien tiene que pagar...
Las publicaciones en internet gratuitas (pagadas por una fundación) se ha experimentado en Bioenergética y en Física con pobres resultados al faltar el filtro de los evaluadores pares anónimos. Los comentarios fundamentados serían un progreso. Me alegra que el NEJM este comenzando a implementarlo.
Un abrazo
Rubén
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