Los avances
en Psicología Cognitiva llevaron a derribar el mito del Homo economicus de la escuela de economía neoclásica que suponía
que el H.economicus decidía
racionalmente eligiendo lo que más lo beneficiaba. Daniel Kahneman, uno de los
científicos que más contribuyeron al desarrollo de la Psicología Cognitiva, recibió
el premio Nobel de Economía porque demostró que los seres humanos no somos tan
racionales como creemos serlo ( ver aquí). Lo que fue corroborado por Richard
Thaler quien recibió el mismo premio el año pasado (ver aquí). Ambos coinciden
en que nuestra objetividad está limitada por diversos sesgos cuando tomamos
decisiones.
¿CUÁN
OBJETIVOS SON LOS MÉDICOS CUANDO RECETAN EN SU CONSULTORIO O EN EL HOSPITAL?
La Medicina aún no ha abordado en
profundidad las implicaciones de la investigación actual sobre los sesgos que
dominan los procesos de toma de decisiones, aunque la práctica clínica consiste
en tomar las decisiones correctas.
El problema clave es seguir
suponiendo que los médicos son agentes que toman decisiones racionales (como el
Homo
economicus) La mayoría de las decisiones médicas, tanto a pie de cama como
a nivel organizativo siguen basándose en una aceptación del modelo de “actor
racional” en los procesos de toma de decisiones, a pesar de un número creciente
de publicaciones sobre psicología de la toma de decisiones, lo que tiene
profundas implicaciones para la medicina. Según Avorn “Las decisiones que
tomamos sobre los medicamentos brindan un ejemplo de cuánto podría mejorar la
medicina si tuviéramos una comprensión más matizada de la toma de decisiones en
condiciones de incertidumbre, una descripción que podría definir la profesión misma”
y agrega “estamos influenciados desproporcionadamente por la información más
destacada y digerible en lugar de tener una visión general integrada de todos
los datos. Este hecho ayuda a explicar el poder de los simplistas materiales
promocionales farmacéuticos entregados en nuestras consultas junto con un
delicioso almuerzo”.
La industria
farmacéutica ha convertido a los médicos en los verdaderos consumidores de los
medicamentos y como señala Avorn, profundiza, mediante sus estrategias, en
las debilidades cognitivas de la mente de los clínicos. El marketing de la industria activa los deseos, los miedos, las
inseguridades e incertidumbres de los médicos para convencerles de que
“adquieran” sus productos garantizando una mejora de su auto-imagen, de su
seguridad o soluciones rápidas y directas.
Como describe David Healy, la venta de las medicinas, cuando se comenzó a principios del siglo pasado a utilizar nombres de fantasía, tuvo un inmediato incremento de ventas. La marca añade prestigio al producto. Healy argumenta como la industria genera etiquetas comerciales para responder a las necesidades de los médicos.
VER ADEMÁS:
-http://www.amjmed.com/article/S0002-9343(08)00152-6/pdf
- http://www.nogracias.eu/2018/02/27/sesgos-cognitivos-prescripcion/
3 comentarios:
Yo creo que los médicos (no todos) no fueron entrenados para analizar y discutir los tratamientos que están en las revistas y libros que escriben las "eminencias". Estas personas (las eminencias ) actualmente están captadas por la industria farmacéutica y son meros repetidores de tratamientos que generan dinero. A esto habría que agregar que muchos médicos leen poco y nada y solo se quedan con lo que le dicen en alguna reunión o Congreso. Mientras las cosas sigan así será difícil saber cuan objetivos son cuando recetan.
Carlos,
Estoy de acuerdo con tu comentario que te agradezco.
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