Sí, ése es
el costo anual, 100.000 dólares, para los enfermos de leucemia mieloide
crónica, un cáncer de la sangre potencialmente mortal. El tratamiento con
Gleevec, de Novartis que lo introdujo en el 2001, prolonga la vida de los
enfermos a ese “módico” precio.
120
oncólogos de 15 países de cinco continentes denunciaron el precio de la droga
como astronómico, insostenible e incluso inmoral en una publicación científica
(en Blood, ver aquí)
No es el
único caso: once de doce nuevos medicamentos oncológicos aprobados por la FDA en 2012 cuestan más de
100.000 dólares por año.
La denuncia
de estos especialistas fue precedida por la decisión de los médicos del
Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York de no recetar una nueva droga
para el cáncer de colon que cuesta el doble (u$s 11.000 por mes) y no es mejor que otra ya disponible (ambas solo
prolongan la vida de los pacientes 1-2 meses)(ver aquí)
Estos
abusivos precios de la industria farmacéutica se pagan en USA y otros países
porque no hay quien pueda controlar sus excesos que afectan la salud de la
gente en varios niveles (ver “Una Verdad preocupante”, aquí)
En Argentina
el costo de Gleevec y similares está
entre 52.000 y 80.000 dólares que suele absorberlos el Ministerio de
Salud con reintegros a las obras
sociales lo que ha sido un conocido foco de corrupción (ver aquí y aquí).
Los profesionales
que denunciaron su precio excesivo discutieron cuál debería ser un precio justo
y el costo de la investigación y desarrollo. Éste último se estima entre 90 y
1.000 millones de dólares. Novartis que explota el Gleevec desde el 2001, ganó
sólo en el 2012, 4.700 millones y trata de
prorrogar su patente que vence este año. Las corporaciones, incluídas las farmacéuticas, tratan de
maximizar sus ganancias a toda costa. Un medicamento que prolonga la vida, en
una enfermedad crónica, es un “blockbuster”, una mina de oro a explotar.
¿Y cuánto vale
una vida humana?
¿QUÉ OPINAS?