El sociólogo francés Alain Touriane estuvo de vista nuevamente en Argentina como invitado para participar del Foro Internacional sobre el Nexo entre Política y Ciencias Sociales, organizado por Unesco y los gobiernos de Argentina y Uruguay. Tuvo reuniones en Buenos Aires y en Rosario y la Universidad Nacional de San Martín le confirió el doctorado honoris causa.
Para Touraine, la Argentina es un país que vive, que funciona, a un nivel demasiado bajo ( entrevista en La Nación del 27/02/06). Afirmó que “La debilidad de la industria Argentina no se nota tanto porque el sector de los agroalimentos es muy fuerte, pero este país no puede seguir con universidades en crisis y una producción científica tan pobre.” Para AlainTouraine, "los países de América latina siempre han tenido una gran falta de preocupación por la investigación tecnológica, salvo Brasil. En todas partes se están dando cuenta de que hay que entrar a una sociedad posindustrial, que hay que desarrollar cientos de industrias automatizadas o de computación". Según dijo el sociólogo, "hay dos prioridades para cualquier gobierno en el mundo, pero en especial en América latina: primero, innovación tecnológica y transformación de la educación en relación con eso y, segundo, defensa o promoción de tecnologías nuevas y la formación de una sociedad más compleja".
La crítica visión de Touraine contrasta con la complaciente opinión de algunas autoridades universitarias que no vacilan en considerar a su universidad “entre las mejores del mundo”. Esta complacencia es difícil de entender salvo que sea la excusa para no encarar la reforma de fondo que sería necesario implementar, para ni siquiera comenzar a discutirla.
En general hay conciencia en nuestra sociedad de que la crisis de la educación Argentina afecta profundamente a sus tres niveles, primario, secundario, y universitario. Los argentinos somos expertos en responsabilizar al otro de los problemas que tenemos. Una mayoría de los padres son críticos del sistema educativo pero, al mismo tiempo, dicen estar conformes con la escuela o colegio al que mandan a sus hijos (¡?) aunque realmente no conocen qué pasa en esa escuela o colegio. Si sus hijos son universitarios con frecuencia se conforman con que estén en la universidad ( aún por muchos años: la guardería universitaria).Algunos estudiantes suelen buscar solo aprobar las materias, “pasarlas” para llegar al título y no muestran interés en aprender. El índice de deserción es muy elevado y la duración de muchas carreras, para aquellos que finalmente se reciben, se extiende varios años más de los previstos, o sea, las universidades son ineficientes. Esta ineficiencia tiene no solamente un costo económico sino el más lamentable el de los años perdidos que deberían ser los más productivos. No podemos seguir escudándonos en los tres Premios Nobel que tuvimos ni en el ocasional argentino emigrado (¿expulsado?) que triunfa en el exterior por mérito propio.
En resumen no son solo las autoridades las que deben resolver la crisis de la universidad y de toda la educación sino que es responsabilidad , en distinta proporción, de los miembros de la sociedad, o sea, de nosotros.
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