Estamos viviendo un colapso económico mundial sin precedentes generado por la ilimitada codicia y falta de ética del sector financiero. Sin embargo no es el único sector donde la codicia desenfrenada y la carencia de ética son marcadas: estos desvalores están enraizados a nivel mundial también en el sector salud comprometiendo no ya nuestro patrimonio sino nuestra vida.
Pruebas al canto.
El sector salud esta integrado, esquemáticamente, por los médicos, las instituciones proveedoras (sanatorios, hospitales, etc.) las financieras (obras sociales, pre-pagas, seguros de salud) y la industria farmacéutica que genera los medicamentos. En notas anteriores en este blog me he referido brevemente al tema (ver notas del 7/11/08, 4/07/08, 6/05/08, y 10/03/08.) A continuación veamos qué pasa con los medicamentos y la industria transnacional que los produce.
El hombre primitivo observaba cuidadosamente la naturaleza que lo rodeaba y las propiedades de su flora y fauna. Por prueba y error fue descubriendo sustancias activas que servían para aliviar o curar enfermedades o síntomas. Descubrían lo que hoy llamamos medicamentos. Sorprendentemente no es sólo el hombre el que ha hecho estos descubrimientos. Hay ejemplos documentados en las aves que comen arcillas para neutralizar las toxinas de los frutos con que se alimentan y en los chimpancés. Un chimp veterano observa a uno joven enfermo con `parásitos intestinales y lo lleva a un arbusto lejano donde lo convence de comer sus hojas amargas y desagradables. Las hojas tienen propiedades antihelmínticas.
Los conocimientos adquiridos por el hombre se transmitieron oral y selectivamente y se concentraron en brujos, chamanes y, modernamente, en los médicos. La sagacidad de Alexander Fleming le permitió descubrir, a mediados del Siglo XX, en un hongo que contaminó sus cultivos bacterianos a la penicilina. La disponibilidad de los antibióticos permitió a la Medicina controlar eficazmente la mayoría de las enfermedades infecciosas.
La industria química y farmacéutica sintetizó muchos de los principios activos naturales y variantes de los mismos y nuevas drogas que ampliaron el número de los medicamentos disponibles. Esta actividad se expandió con los avances de la investigación biomédica financiada principalmente por el sector público en Estados Unidos y otros países desarrollados. La Ley Hays-Dole permitió que las patentes pudieran ser transferidas o explotadas por el sector privado lo que alimentó el desarrollo de la gran industria farmacéutica. Actualmente ésta mueve unos 200 mil millones de dólares anuales, es la actividad industrial de más alta rentabilidad y es oligopólica, concentrada en un puñado de corporaciones transnacionales.
Lamentablemente los medicamentos tienen su lado oscuro. Un estudio de la Universidad de Granada sugiere que el 6 % de las muertes hospitalarias son consecuencia de efectos adversos causados por medicamentos administrados. Un estudio publicado en 1996 estima que los problemas generados por fármacos en Estados Unidos generan unas 200.000 muertes y tienen un costo de 76.6 billones de dólares. Buena parte de la morbilidad y mortalidad asociada con fármacos sería evitable. Las reacciones adversas a los medicamentos serían entre la cuarta y sexta causa de muerte en Estados Unidos .
¿Porqué los medicamentos con tanta frecuencia enferman e incluso matan?
Un factor es el uso irracional de los fármacos del que es responsable el profesional que prescribe innecesaria o incorrectamente y el consumidor que no sigue las indicaciones recibidas o peor aún se automedica(Impacto económico del Uso Irracional de Medicamentos en la Argentina.pdf). Este uso irracional se agrava por las reglamentaciones que permiten la venta libre de medicamentos que no son inocuos y por la falta de control de los de venta bajo receta que generalmente se venden sin ella. La industria estimula esta situación y la refuerza con una intensa propaganda que favorece el consumo indiscriminado e inapropiado de los fármacos . Más grave aún es la presión que ejercen sobre los organismos reguladores como la FDA de USA para que se aprueben variantes de fármacos que no aportan nada nuevo pero cuestan más caros y tienen efectos adversos. Se suma la efectiva presión sobre los médicos para que prescriban para otros usos no autorizados, medicamentos que ya están en el mercado.
La causa fundamental, sin embargo, hay que buscarla en la corrupción reinante en el sistema de salud y en el poder sin límites de unas pocas transnacionales farmacéuticas que controlan más del 50 % del mercado. Ésta no es una afirmación temeraria sino que está documentada en obras como la de Marcia Angell, “La Verdad acerca de la Industria Farmacéutica” y en el libro de Jerome P. Kassirer “On The Take: How Medicine´s Complicity with Big Business Can Endanger your Health” (Oxford Press) El Dr Kassirer es Profesor de Medicina en las Universidades de Tufts y Yale y ha sido editor en jefe del NEJM, la revista de medicina de mayor prestigio en Estados Unidos. Kassirer describe y documenta la chocante extensión y complejidad de los pagos ilegales que la gran industria de los fármacos hace a médicos, académicos, profesores y expertos de los organismos de control.
También está documentada dicha corrupción en numerosos sitios de los medios y en publicaciones científicas. A continuación unos pocos ejemplos:
1) En el 2004 la Fiscalía de Verona acusó a 4.400 médicos italianos y a directivos y empleados de la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline de acuerdos fraudulentos para estafar a la Seguridad Social (ver)
2) El Senador republicano Chuck Grassley esta empeñado en combatir la corrupta relación de la industria farmacéutica con los profesionales ( The New Scientist, 25-02-09).
3) Bayer tuvo que retirar del mercado el Lipobay, una estatina, cuando la cantidad de pacientes que fallecieron hizo insostenible su mantenimiento.
4) Merck retiró el Vioxx, un antiinflamatorio, que llevó a la muerte a numerosos pacientes y provocó serias lesiones en muchos más. Se sumaron los múltiples juicios que está perdiendo a manos de las víctimas (ver nota del 7-11-08 en este blog).
5) La sección de Blogs de Clarín trae links con notas muy explícitas sobre la mafia farmacéutica.
La televisión española se ha hecho eco de estas denuncias como en el video que sigue:
6) La corrupción afecta también las publicaciones científicas médicas como se denunció en The Scientist de mayo 2009 : una gran editorial científica europea publicó 6 revistas médicas “truchas” financiadas ocultamente por la industria. En los numerosos comentarios que siguen a la nota se señala que la situación es peor. En las publicaciones médicas “serias” se filtran artículos truchos armados por los laboratorios para vender engañosamente sus productos.
7) Más nefasto son los ataques físicos sufrido por el Dr. Germán Velásquez experto de la OMS en Rio y en Miami, donde sufrió heridas, y posteriores amenazas telefónicas por criticar a la industria farmacéutica por negar el acceso a medicamentos patentados a los países pobres.
8) Peor aún el ensayo ilegal de un fármaco, Trovan, no aprobado hecho por Pfizer en Nigeria a 200 niños durante una epidemia de encefalitis que provocó la muerte de 11 de ellos y severos daños a otros, incluyendo ceguera, sordera, parálisis cerebral y otras malformaciones (ver o en inglés). Para evitar el juicio que le hizo el gobierno de Nigeria, Pfizer llegó a un arreglo por el que pagó 55 millones de euros a las víctimas, reconociendo así su responsabilidad. La realidad supera a la ficción: John Le Carré se inspiró en lo sucedido en Nigeria para su novela “El Jardinero Fiel” llevada al cine con el mismo título.
¿Qué opinas?
2 comentarios:
Rubén, la nota es estupenda y el problema que delata es abrumador.
La que expones es una cara de la corrupción que hoy campea con absoluta impunidad en tantas áreas: la política, las relaciones económicas y sociales, las relaciones humanas y el desprecio por el otro, por la naturaleza, por todo lo que exceda nuestro yo.
Sin duda es el precio que pagamos por la pérdida de los valores morales y éticos, que a su vez se sustentaban en una concepción más religiosa y menos tecnológica del universo.
Pensar que a su vez este vuelco de la creencia hacia el conocimiento es el resultado de una necesidad de conocer inherente a nuestra naturaleza, contra la cual no podemos hacer nada, es desolador. Saber y entender ha sido siempre para el hombre (al menos para algunos) una urgencia irrefrenable, como es para el alpinista la de escalar la montaña, simplemente porque “está allí, delante mío”. Pasar de la doxa al episteme.
Y tal vez alguna vez, esta permanente adquisición de conocimientos y tecnologías que hay en nuestros días nos permita, por una feliz voltereta del destino, encontrar el camino que pueda superar estos problemas que hoy nos abruman.
Yo soy optimista por naturaleza en muchas cosas, pero reflexionar acerca de estos temas es un gran desafío para sostener ese optimismo. Pero sería tonto simplemente cerrar los ojos y pretender que todo lo que tu nota plantea, así como los otros problemas, no existen. Por eso la considero muy importante, y la valoro en consecuencia. Es un importante aporte para tomar conciencia.
Te agradezco tu nota. Me ha servido como una seria contribuciòn para formarme un juicio sobre este tema que para nosotros, los profanos, recièn està emergiendo y puede tener mucha significaciòn. Me ha parecido un trabajo muy equiulibrado.
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