Desde que existimos como especie, y probablemente antes algunos de nuestros predecesores, todos los humanos compartimos una certeza: la de nuestra inevitable muerte. Nadie duda de lo insoslayable de su finitud ni, lo que es peor, de la de sus seres queridos. Esta certeza esta acompañada por dos dudas personales que afligen a la mayoría de los seres humanos: el cuándo y el cómo de nuestra muerte. La angustia que este conocimiento suele generar esta en la base de todas las filosofías y de todas las religiones como lo explica Luc Ferry en su obra “Aprender a vivir, filosofía para mentes jóvenes”, Taurus, 2007, 322p. Ferry es un filósofo francés contemporáneo, muy prestigioso, a quien descubrí en una entrevista de AdnCultura de
Ferry en su obra parte de la certeza mencionada y analiza cómo las filosofías buscan encontrarle una explicación a la vida y a la muerte. Las religiones, en particular las tres monoteístas derivadas de
Ferry analiza las grandes filosofías como teorías de la salvación. Cita de los estoicos “Sabio es aquel que lamenta un poco menos, que espera un poco menos y que ama un poco más” y llega hasta Nietzsche para concluir que la función de las filosofías es ayudar a los hombres a superar los miedos y a tratar de vivir mejor.
Sorprende Ferry al afirmar que el capitalismo inventó al amor al generar las condiciones para una mayor y más temprana independencia económica y social con la libertad o posibilidad de casarse por amor. Ese amor matrimonial ha fluido hacia los hijos valorándolos en extremo. Éste es un fenómeno reciente: en el siglo XVIII en Francia se abandonaba al 30% de los recién nacidos y moría el 90% de los entregados a nodrizas.
Luc Ferry se propone escribir otro libro desarrollando sus ideas de una filosofía contemporánea que explique como vivir una espiritualidad laica y moderna, una “sabiduría del amor”. Ojalá lo logre.
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