Estamos ante una revolución robótica de la que pocos
son conscientes. En el siglo XXI se está desarrollando la cuarta etapa de la
revolución industrial que comenzó con la introducción de la máquina de vapor
siguió con la producción en masa, avanzó con la introducción de la electrónica en
el siglo XX y ahora presenciamos la creciente incorporación de robots en la
industria, la medicina y en otras actividades. En la industria manufacturera,
por ejemplo, hay robots que trabajan 24 h por día y por 30 días no necesitan
supervisión humana. En la industria automotriz mundial hay 66 robots por cada 10.000
trabajadores pero en Japón ya hay 1520 robots. Se espera que el mercado global
de robots se duplique en cinco años a 153.000 millones de dólares y que se
triplique para el 2025 (ver aquí). En medicina se
han hecho, el año pasado, 570.000 cirugías con robots como el Da Vinci de los
que ya hay tres en Argentina.
El creciente empleo de robots en la industria por el
consiguiente incremento en la productividad está desplazando mano de obra (ver aquí). Mientras la
industria manufacturera yanqui se trasladó a China porque ahorraba 65% en
costos laborales el reemplazo de la mano de obra por robots puede ahorrar hasta
el 90%. Esto está ocurriendo mucho más rápidamente que en previas etapas de la
revolución industrial. China es consciente de este cambio de paradigma y está
desplazando la producción de mano de obra barata al interior profundo o a
países limítrofes como Myanmar mientras estimula la robótica industrial con fuertes
inversiones. El año pasado de 224.000 equipos robóticos vendidos en el mundo 56.000
fueron a China, donde ahora hay 30 por cada 10.000 obreros pero serán 100 en
cinco años.
Por primera vez en la historia tenemos el riesgo de que
un elevado número de empleados no sean necesarios (ver aquí). Los afectados serán no solo los trabajadores manuales
sino también los de saco y corbata, administradores y ejecutivos, reemplazados
por robots inteligentes capaces de analizar y controlar gran cantidad de datos
más rápido y confiablemente. Se estima que el 47% de los trabajadores de
Estados Unidos podrían ser desplazados en los próximos 20 años. El desarrollo de
la inteligencia artificial (AI) en la robótica avanza velozmente(ver aquí).
La universalización de los robots inteligentes genera serias preocupaciones. El plazo para que los trabajadores afectados se capaciten y reubiquen se reduce. Con la revolución agrícola y las primeras etapas de la indutrial el plazo era de generaciones, ahora solo de años. Sin embargo la opinión de los expertos está dividida. La mitad es optimista y argumenta que el cambio es inevitable y hasta ventajoso (ver aquí) Las profesiones liberales están en crisis. Actividades importantes de médicos, abogados, contadores y otros están siendo automatizadas, robotizadas. Lo que no significa necesariamente la desaparición de las mismas ni el fin de nuestros problemas médicos, legales o contables pero sí un cambio profundo en la forma de resolverlos.
¿Y en la Argentina qué pasará?
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